SER TERAPEUTA..

Muchas veces me preguntan cómo trabajo, desde qué enfoque o perspectiva teórica. "¿Sos psicoanalista? ¿Es psicoterapia breve? ¿Usas técnicas de relajación o meditación?" A veces es difícil explicarlo para quien no pasó por la experiencia, pero intentaré dar cuenta de algo en estas líneas.
Como psicóloga mi tarea es acompañar a aquellas personas que, ya sea porque están sufriendo o porque están buscando un mayor bienestar y plenitud en sus vidas, necesitan ser guiadas y sostenidas durante un determinado tiempo en la autoexploración de sí mismas.
Creo profundamente que la mejor alquimia para una verdadera transformación es un proceso en el que se integra el trabajo psicológico, ahondando en el mapa de las emociones y creencias que conforman nuestra identidad personal, con una apertura hacia el “despertar” espiritual, entendido como la expansión de las fronteras de la conciencia. Cada uno puede entrar por la puerta que desee, tenga más a mano o que sienta que en determinado momento vital, más lo convoca. Ahora bien, si avanzamos firmes en este proceso de indagación interna, tarde o temprano, terminaremos recorriendo ambos senderos, el psicológico y el espiritual; el personal y el transpersonal.
A lo largo de mi experiencia personal y profesional tuve la gracia de comprender, darme cuenta y vivenciar que lo que verdaderamente “cura” es el encuentro con nuestra propia verdad. Para acceder allí, la mayoría de las veces lo que necesitamos es un espacio de escucha -en presencia- donde poder sumergirnos confiados en las aguas de lo desconocido para descubrir quiénes somos verdaderamente.
Para poder lanzarnos a esta aventura necesitamos contar con alguien en la superficie, entrenado y muy atento al pulso de nuestra exploración. Y no sólo iremos a lo profundo. También tendremos el barco listo para salir a navegar en busca de nuevos aires para la propia vida.
Con esta intención en la mente y reposando en el corazón le doy la bienvenida, en cada encuentro, con un paciente o con un grupo, a esta maravillosa oportunidad de ser testigo del cambio y la transformación.