viernes, 18 de febrero de 2011

La Aceptación

“Una nueva tierra” es un libro muy inspirador que habla acerca del cambio de conciencia que se está produciendo en nuestro planeta. Hoy quiero compartirles algunos fragmentos acerca de una las modalidades de lo que el autor denomina el “quehacer despierto”, la aceptación:

El quehacer despierto es el aspecto externo de nueva etapa de la evolución de la conciencia en nuestro planeta. Mientras más nos acercamos al final de nuestra actual etapa de evolución, más disfuncional se torna el ego, lo mismo que se vuelve disfuncional la oruga antes de convertirse en mariposa. Pero la conciencia nueva ha comenzado a surgir al mismo tiempo que la vieja se disuelve.

Hacer en el estado despierto es lograr la consonancia entre el propósito externo (lo que hacemos) y el propósito interno (despertar y permanecer despierto). Al hacer estando despiertos nos unimos al propósito expansivo del universo. La conciencia fluye hacia este mundo a través de nosotros. Fluye hacia nuestra mente e inspira nuestro pensamiento. Fluye hacia lo que hacemos imprimiéndole poder y dirección. La realización de nuestro destino no depende de aquello que hacemos sino de cómo lo hacemos. Y nuestro estado de conciencia determina la forma como hacemos lo que hacemos.

La conciencia puede fluir de tres maneras hacia lo que hacemos y, por ende, hacia el mundo a través de nosotros. Son tres modalidades para alinear la vida con el poder creador del universo. La modalidad se refiere a la frecuencia energética subyacente que fluye hacia lo que hacemos y conecta nuestros actos con la conciencia despierta que comienza a emerger en el mundo. Las modalidades del quehacer despierto son la aceptación, el gozo y el entusiasmo. Cada una representa una cierta frecuencia de vibración de la conciencia.

LA ACEPTACION

Si hay algo que no podamos disfrutar, por lo menos podemos aceptarlo como aquello que debemos hacer. Aceptar significa reconocer que, por ahora, esto es lo que esta situación y este momento me exigen, de manera que lo hago con buena disposición. Por ejemplo, quizás no podamos disfrutar de cambiar una llanta pinchada en la mitad de la nada y bajo una lluvia torrencial y mucho menos sentir entusiasmo al hacerlo, pero podemos infundir aceptación a la labor. Realizar una acción en estado de aceptación significa estar en paz mientras la realizamos. Esa paz es una vibración sutil de energía que penetra en lo que hacemos. A primera vista, la aceptación parecería sinónimo de pasividad, pero en realidad es activa y creadora porque trae algo completamente nuevo a este mundo. Esa paz, esa vibración sutil de energía es la conciencia, y una de las maneras de manifestarse en este mundo es a través de la entrega, uno de cuyos aspectos es la aceptación.

Si no puede aceptar ni disfrutar lo que hace, deténgase. De lo contrario, no estará asumiendo responsabilidad por lo único sobre lo cual puede asumirla y que, dicho sea de paso, es lo único que importa: su estado de conciencia. Y si no asume responsabilidad por su estado de conciencia, no estará asumiendo la responsabilidad por la vida.” (Eckhart Tolle, "Una nueva tierra")

Sin duda, aceptar lo que nos sucede o lo que simplemente es, tal como es, muchas veces nos resulta muy difícil. Estamos fuertemente condicionados, a nivel del ego, para luchar contra todo y contra todos lo que nos aparece como amenzante para nuestra superviviencia. Pero si logramos darnos cuenta a tiempo de cuánta energía desperdiciamos resistiéndonos, quizás avancemos un pasito en la dirección del cambio y nos ahorremos mucho sufrimiento innecesario a nosotros mismos y a los demás.

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